De un proyecto paralelo a una empresa innovadora

Retomando donde lo dejamos en nuestro último blog, La chispa que encendió un legado, el éxito del perfil SCHIENE a finales de la década de 1970 convirtió rápidamente una chispa de innovación en un movimiento integral. En esta entrega de nuestra serie, veremos cómo Werner Schlüter amplió su visión y construyó una empresa en torno a este revolucionario producto.

Expanding the Vision: 1980s

La popularidad de SCHIENE creció de manera constante a medida que los instaladores de baldosas de toda Europa descubrían sus beneficios. Al principio, Werner Schlüter se limitó a compartir su producto de manera informal con amigos y colegas. Todavía trabajaba como instalador de baldosas y producía SCHIENE como negocio secundario, ofreciéndolo a otros colegas que inmediatamente vieron su valor. Pero a medida que se corrió la voz y la demanda aumentó, lo que comenzó como un pequeño emprendimiento se convirtió en un negocio a tiempo completo, ahora llamado Schlüter-SCHIENE.

En los años 80, Schlüter-SCHIENE amplió su línea de productos e introdujo perfiles de diversos materiales, tamaños y acabados. El diseño mejorado de SCHIENE, que presenta un ala de anclaje patentada perforada en forma de trapecio, se convirtió rápidamente en el sello distintivo de la marca. Estas innovaciones garantizaron que SCHIENE pudiera adaptarse a las necesidades cambiantes tanto de los instaladores de baldosas como de los diseñadores.

Schlüter comprendió que los instaladores no solo querían una solución funcional, sino también algo que mejorara la estética de su trabajo. La introducción de perfiles de varios acabados permitió a SCHIENE integrarse con fluidez en diferentes estilos de diseño, tanto llamativos como discretos. A medida que crecía la demanda, la empresa comenzó a ofrecer acabados lacados e, incluso, versiones en plástico del perfil, las que más tarde se comercializaron con el nombre de JOLLY.

Ampliando los horizontes

A mediados de la década de 1980, Schlüter-SCHIENE ya no era el nombre de un único perfil; sino que se había convertido en la base de una creciente gama de soluciones innovadoras para la instalación de baldosas. Reconociendo la necesidad de afrontar desafíos más allá de la protección de los cantos de las baldosas, Schlüter desarrolló productos complementarios con el fin de mejorar la durabilidad, la estética y la funcionalidad de la instalación.

Uno de los avances clave durante este período fue la introducción de la serie DILEX, que resolvía un problema crítico en las instalaciones de baldosas: la expansión y la contracción. Las instalaciones tradicionales de baldosas se agrietaban y dañaban debido al movimiento estructural, pero los perfiles de juntas de movimiento DILEX proporcionaron una solución flexible capaz de absorber las tensiones y evitar los daños. Esto reforzó el compromiso de Schlüter de resolver los problemas cotidianos a los que se ven enfrentados los instaladores profesionales de baldosas.

Al mismo tiempo, Schlüter comenzó a experimentar con la tecnología de membranas, lo que condujo al desarrollo temprano de dos de los productos más conocidos en la actualidad: DITRA y KERDI. Estos productos, que en la década de 1980 todavía estaban en las primeras etapas de desarrollo, acabarían transformando la manera de instalar las baldosas gracias a sus beneficios de impermeabilización y desacoplamiento. Ya en ese momento estaba claro que Schlüter tenía una visión más amplia y que pretendía ofrecer un sistema completo para la instalación de baldosas y no solo componentes individuales.

Llevar SCHIENE al otro lado del Atlántico

Un momento crucial en el desarrollo de SCHIENE fue la presentación que un instalador de baldosas alemán residente en Montreal (Canadá) realizó a Reinhard Plank, un distribuidor de World Mosaic. Al principio, Plank no estaba seguro del potencial del producto en el mercado norteamericano, donde los métodos y preferencias de instalación de las baldosas eran diferentes a los de Europa. Sin embargo, después de probar SCHIENE y reconocer sus beneficios, decidió ofrecerlo a sus clientes.

Este contacto marcó el comienzo de la trayectoria de SCHIENE al otro lado del Atlántico. Los pedidos por parte de los instaladores canadienses de baldosas generaron una gran oportunidad para que Schlüter-SCHIENE se expandiera fuera de Europa. La empresa reconoció que Norteamérica representaba un mercado amplio y poco explotado para sus productos, y la buena acogida de SCHIENE demostró la necesidad de perfiles de baldosas de alta calidad y buen diseño en la región.

Un audaz paso hacia adelante

Para impulsar esta expansión, Schlüter-SCHIENE necesitaba una presencia propia en Norteamérica. Esto dio lugar a las primeras conversaciones que, finalmente, resultarían en la creación de Schluter Systems Inc. en Plattsburgh, Nueva York, en 1989.

El final de la década de 1980 fue el escenario de una transformación que llevaría a SCHIENE a ser reconocido a nivel mundial. Al establecerse en Norteamérica, Schlüter-SCHIENE se posicionó como líder en la industria de las baldosas no solo en Europa, sino en todo el mundo.

De cara al futuro

A finales de la década de 1980, Schlüter-SCHIENE había pasado de ser un pequeño proyecto paralelo a convertirse en una empresa consolidada con una creciente proyección internacional. El éxito de la empresa se basó en la innovación, la atención al detalle y un compromiso inquebrantable con la calidad, principios que siguen definiendo a Schluter®-Systems en la actualidad.

La próxima vez, exploraremos cómo esta floreciente empresa cruzó el Atlántico y se estableció en Norteamérica, sentando las bases para su impacto global.